Instalación de una granja de cuyes. Para que las instalaciones satisfagan las exigencias de una especie, deben diseñarse de forma tal que permitan controlar la temperatura, humedad y movimiento del aire. Los cuyes a pesar de considerarse una especie rústica, son susceptibles a enfermedades respiratorias, siendo más tolerantes al frío que al calor. Su cuerpo conserva bien el calor pero la disipación del mismo es muy deficiente.
Las instalaciones deben proteger a los cuyes del frío y calor excesivos, lluvia y corrientes de aire, tener buena iluminación y buena ventilación; para lograr este propósito es necesario hacer una selección correcta del lugar donde se van a ubicar las instalaciones y de los materiales que deben usarse para su construcción. Al seleccionar el lugar correcto debe tenerse en cuenta la cercanía a las vías de acceso, donde no se produzcan inundaciones y que permita futuras ampliaciones. La ubicación de las pozas dentro del galpón debe dejar corredores para facilitar el manejo, la distribución de alimento y la limpieza.
La mayor parte de la literatura registra que la temperatura óptima está en la gama de 18 a 24°C. Cuando las temperaturas son superiores a 34°C, se presenta postración por calor. Exponiendo los cuyes a la acción directa de los rayos del sol se presentan daños irreversibles y sobreviene la muerte en no más de 20 minutos. Las más susceptibles son las hembras con preñez avanzada. Las altas temperaturas ambientales afectan la fertilidad en los cuyes machos. Debe considerarse que el número de animales por grupo y por ambiente modifican la temperatura interna variando muchas veces la temperatura óptima planteada.
Debe considerarse la zona en la que será ubicado el criadero para determinar el material a utilizarse en la construcción de los galpones. En climas calurosos las instalaciones deben tener buena ventilación y la altura del techo debe ser mayor y construida con un material que disipe el calor. En climas fríos, por el contrario, debe tratarse de conservar el calor pero sin perder las condiciones de ventilación y luminosidad adecuadas. La humedad relativa ideal está alrededor del 50 por ciento, a estos niveles es menor la sobrevivencia de los microorganismos patógenos. En la crianza desarrolla da en ambientes con humedad relativa mayor se presentan problemas respiratorios con mayor frecuencia.
El hábitat normal de los cuyes ha sido la sierra andina, donde existen variaciones de temperatura muy marcadas entre el día y la noche. La supervivencia y desarrollo de la especie ha dependido de la forma y el lugar de crianza. Los materiales utilizados en la construcción de las viviendas, el calor del fogón, el humo que utilizan tienen explicaciones y fundamentos que deben ser analizados antes de diseñar instalaciones de cuyes para la sierra andina.
La experiencia en lugares tropicales es limitada, ya que no es una especie que haya tenido un desarrollo significativo en ese tipo de medio ambiente. En el Perú, el efecto migratorio de los pobladores de sierra a la selva ha traído como consecuencia la presencia allí de esta especie para el consumo de su carne. La aclimatación de los mismos se ha producido debido a su capacidad de adaptación a diferentes medios ecológicos, así como a la adecuación de los ambientes para su crianza.
Los cuyes son animales que se han criado en otras partes del mundo como animal de laboratorio y, por ende, se los cría enjaulas ubicadas dentro de ambientes controlados. Bajo estas condiciones especiales se recomiendan diferentes áreas de acuerdo al tamaño de los animales que, por consiguiente, no pueden ser utilizadas para la crianza de cuyes como animales productores de carne.
Crianza de cuyes con fines cárnicos
En nuestro país y en otros países andinos se ha desarrollado la crianza de cuyes como animales proveedores de carne para la familia y, por lo general, sin proporcionarles un ambiente adecuado que permita un mejor manejo.
Los primeros trabajos realizados en el Perú estuvieron orientados a comparar el sistema de crianza de cuyes en baterías con el sistema de pozas. Este último sistema tuvo como finalidad separar los momentos de reproducción, cría y engorde. El sistema de pozas, si bien requiere de mayor disponibilidad de área techada, tiene sus ventajas:
· fácil de preparar y su construcción es de bajo costo porque se pueden fabricar de cualquier material disponible en la zona;
· permite separar a los cuyes por clases, edad y sexo;
· facilita el manejo de reproductores y control de producción mediante el registro de destetados;
· elimina la competencia por alimento porque no se crían juntos cuyes chicos y grandes;
· aísla los casos de mortalidad, evitando el contagio de todos los animales;
· permite almacenar las excretas para poder utilizarlas en mayor volumen para el reciclaje o como abono orgánico.
La mayor parte de los centros de investigación iniciaron sus estudios desarrollando la crianza en baterías. Se encontraron serios inconvenientes en el manejo por el tipo de alimentación a que eran sometidos y por el genotipo de animales, éstos eran de temperamento nervioso. Las baterías requieren mayor uso de mano de obra, se tiene menor visibilidad de los animales y mayor frecuencia de accidentes en las crías por fractura y en las madres hay mayor incidencia de mastitis y en casos extremos el seccionamiento de los pezones.
Para evaluar el crecimiento de cuyes machos recriados en baterías y en pozas se utilizó un área disponible por animal de 600 cm2. No se encontró diferencias estadísticas para los pesos finales en ambos sistemas de crianza. Los crecimientos marginales de peso fueron superiores en los animales criados en pozas (880 g) que para los criados en jaulas (761 g). El consumo de alimento balanceado por animal mantenido en jaulas fue superior en 7,2 por ciento a los criados en pozas, lo que determinó una conversión alimenticia de 7,76 y 6,51 para los sistemas de crianza en jaulas y pozas, respectivamente. Otro factor que se pudo medir fue la incidencia de la dermatitis micótica: las lesiones mayores se registraron en los cuyes criados en baterías con un 57,5 por ciento de incidencia, mientras que en los criados con el sistema de pozas se registró únicamente el 17,5 por ciento, lo cual se explica por la menor ventilación y poca luminosidad que caracterizaba al microambiente generado en el sistema de crianza en jaulas. Debe considerarse como un factor importante el medio ambiente donde se desarrolló la crianza: la humedad relativa en la costa central es alta y esto juega un papel determinante en la incidencia de lesiones fungosas (Muscari et al., 1989).
El manejo de los cuyes en baterías presenta mayor dificultad y requiere mayor tiempo para proporcionar el alimento y para realizar la limpieza, que fue casi tres veces superior al utilizado en la misma faena para criar similar número de cuyes con el sistema de pozas. La ventaja de la crianza en jaulas radica en una mayor utilización del espacio, lo que permite un ahorro del 80 por ciento del área techada; sin embargo, esta ventaja debe ser contrastada con los costos de mano de obra, sanidad, pérdida de alimento y mortalidad que es superior en un 5 por ciento a las mortalidades registradas en la recría en pozas. La docilidad de los animales, lograda por el mejoramiento genético, ha permitido retamar la opción de realizar la recua en baterías. Los animales deben permanecer en ellas no más de 6 semanas. En la crianza periurbana, por limitación de espacio, se está optando por el manejo de cuyes en baterías.
La evaluación de la crianza en jaulas y pozas en la etapa reproductiva, se encontró que el peso total de las coas nacidas de 20 cuyes hembras mantenidas en cada sistema evaluado durante ocho meses, fue de 7 740 g de crías nacidas, en el sistema de jaulas, y de 9 170 g con las hembras empedradas en pozas. El mayor peso obtenido en el sistema de pozas fue consecuencia de un mayor número de partos (36) con respecto a los logrados con las hembras empedradas en jaulas (31 partos). La mortalidad desde el nacimiento hasta el destete fue mayor en el sistema de jaulas (15,23 por ciento) que en el sistema de pozas (9,63 por ciento). Esto hace suponer que la mayor mortalidad fue debida a la mayor dificultad en el manejo de los recién nacidos, y probablemente por el piso de malla de alambre que no permitió un buen control de la temperatura sobre todo en lugares donde las temperaturas ambientales son bajas. El peso de las madres manejadas en pozas fue ligeramente superior al logrado en jaulas, igualmente iniciaron sus partos antes y se registro un mayor número de partos.
Areas utilizadas en la crianza de cuyes
Diversas instituciones e investigadores recomiendan diferentes áreas por cuy como animal de laboratorio. El área en los bioterios está en función del peso de los animales. Para los cuyes con pesos entre 100 y 250 g se recomienda 277 cm2 por animal. Cuando se incrementa el peso de los animales en 100 g el área se incrementa a 374 cm2 por animal y para los cuyes que superaban los 350 g se requiere por animal 652 cm2. Debe considerarse que los cuyes adultos no superan los 500 g en el bioterio del Institute of Laboratory Animal Research (1972). Los cuyes manejados en bioterios son de tamaño pequeño, por lo que las áreas que recomiendan diferentes investigadores difieren a las que se utilizan para los cuyes productores de carne.
Los cuyes productores de carne son de mayor tamaño, por lo que exigen una mayor área por animal. Estos son criados en pozas, las mismas que pueden estar construidas con los materiales disponibles en la zona donde se construye el galpón. Los tipos de pozas que deben mantenerse en un galpón son las siguientes:
· Pozas de empadre. La tercera parte del galpón debe albergar al plantel de reproductores. Las pozas son de 1,5 x 1 x 0,45 m.
· Pozas para machos reproductores en prueba o reserva. El galpón debe considerar que debe mantenerse en reserva una cantidad equivalente al 5 por ciento de machos en producción. Las pozas son de 0,5 x 1 x 0,45m.
· Pozas de descarte de reproductoras. Para el momento de saca de reproductoras se separa a las hembras con preñez avanzada para que paran antes de destinarlas al sacrificio. Se ubica a 30 hembras en pozas de 3 x 2 x 0,45 m.
· Pozas para cría. Albergan a cuyes destetados con 2 a 4 semanas de edad. Los grupos formados son de 25 cuyes en pozas de 1,5 x 1 x 0,45 m.
· Pozas de recua. Albergan a 10 cuyes machos ó 15 hembras de 4 a 9 semanas en pozas de 1,5 x 1 x 0,45 m.
Nota: Pesos de las hembras: a 0.8 kg: b 1,1 kg; c 1,5 kg; d 2,2 kg.
En la década del 70 en el Perú se recomendaba usar pozas de 1 x 1 m para 10 a 12 hembras en empadre (0,1000 m2/animal). En este mismo espacio se podio albergar de 12 a 15 cuyes de uno a dos meses, y 10 animales de dos a tres meses de edad. Pozas de 0,50 x 0,50 eran recomendadas para una hembra y sus crías (Vaccaro et al., 1968; Zaldívar et al., 1977).
Los trabajos de mejoramiento genético han logrado mejorar el tamaño de los animales, razón por la que se ha tenido que modificar el área que se utilizaba para la etapa reproductiva. El tamaño de poza recomendada es de 1,5 x 1,0 x 0,45 m, para 7 u 8 hembras en empadre más sus crías hasta la edad del destete (0,1875 m2). El mismo tamaño de poza puede albergar entre 10 y 15 cuyes de recría (Chauca, 1993a).
Consideraciones para la instalación de una granja de cuyes
Para la instalación de una granja de cuyes debe hacerse un análisis previo del medio ambiente que rodea el área elegido. Considerar el clima, disponibilidad de forraje, cercanía al mercado, entre otros factores.
Cualquiera sea el nivel de producción, antes de instalar una granja deben tomarse en cuenta aspectos como clima, disponibilidad de recursos alimentarios y de mano de obra especializada, disponibilidad de reproductores de buena calidad, potencialidades del mercado y facilidades de acceso para la comercialización.
Clima
Uno de los factores naturales más importantes del medio ambiente que debe considerarse es el clima, ya que afecta al individuo tanto en forma directa como indirecta. Al animal debe mantenérsele en un ambiente cuya temperatura le permita vivir sin estar expuesto ni al frío ni al calor excesivos. Así podrá utilizar el alimento que ingiere no sólo para producir o perder calor, sino para mantener un funcionamiento normal de su organismo y poder producir eficientemente. A este ambiente se le denomina «ambiente termoneutral». El clima determina los cultivos que se producen en una región como consecuencia de la temperatura, lluvia, viento, humedad, entre otros factores. De acuerdo al clima se tiene que diseñar el tipo de galpón a construirse y la ubicación del mismo.
Climas aparentes para la crianza de cuyes (Chauca, 1993b):
· Tropical
-+ los 12 meses del año a temperaturas de +20°C
· Subtropical
++ de 4 a 11 meses temperaturas de +20°C y de 1 a 8 meses entre 10 y 20°C
· Templado
++ los 12 meses entre 10 y 20 °C
· Fríos
+- de 1 a 4 meses temperaturas entre 10 y 20°C y de 8 a 11 meses de -10°C
· Montañoso
baja presión parcial de oxígeno, baja temperatura ambiental, baja humedad, baja polución y alta radiación
· Oceánico
muy poca variación en la temperatura ambiental diaria y estacional, gran reflexión solar y gran turbulencia
Alimento disponible
El forraje y los subproductos agrícolas son la base de la alimentación de los cuyes, por lo que es necesario considerar un área agrícola anexa a la crianza. El tamaño de la granja está en función de la disponibilidad de forraje y si existen insumos que permitan formular una ración balanceada. Si se tiene la posibilidad de suplementar a los animales, los suministros de forraje pueden ser menores y así manejar una mayor población de cuyes.
Estudio de mercado
El tamaño de la granja estará dada por la disponibilidad de recursos necesarios para la producción como por la demanda del producto. La ubicación debe estar cerca de los lugares de distribución de los cuyes, sea como reproductores que como carne. La demanda de reproductores depende de la base genética que tengan los animales del plantel y del prestigio alcanzado por la granja en la zona.
Consignar la información sobre productores de cuyes, precios, costos de producción y características del consumidor. El estudio de mercado debe realizarse para estimar los volúmenes de producción. Un error de estimación puede llevar la empresa al fracaso, ya que con el producto difícilmente puede hacerse ajustes.
Mano de obra especializada
La necesidad de mano de obra dependerá del tipo y tamaño de la explotación que se desee desarrollar. Una explotación familiar-comercial o comercial de cuyes requiere de personal para el manejo de los animales y de los cultivos. Los cuyes deben ser manejados por una persona entrenada para este fin, que lleve con eficiencia los registros de la producción, con el fin de detectar a los animales improductivos. La eliminación de los animales improductivos del plantel permitirá tener buenos índices productivos.
Disponibilidad de reproductores
Para iniciar una crianza se deben adquirir reproductores en lugares de prestigio para garantizar la productividad de los genotipos. Un error en la elección inicial tarda en corregirse. El crecimiento de la granja puede ser paulatino, adquiriendo la tercera parte de la población de reproductoras y desarrollando a partir de ellas la población. Conviene comenzar siempre con cuyes de recría para aprovechar toda su vida productiva. El plantel inicial debe estar conformado con hembras de 6 a 8 semanas de edad, o de 500 a 600 g de peso.
Facilidad de vías de acceso
El lugar donde debe instalarse la granja debe estar cerca a vías de acceso que permita el ingreso de insumos necesarios para la producción, la salida de los cuyes al mercado y el desplazamiento del personal. Considerar la ubicación de los servicios básicos, tales como las líneas de energía, agua y desagüe.
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Sería bueno que hagan un post sobre, que tipo de clientes venden. Sea una familia , un restaurant u otro. Qué tener en cuenta para saber a quien vender.
ResponderEliminarCuantos cuyes y conejos pueden entrar en una instalación
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